domingo, 21 de noviembre de 2010

Acuarela

Dime si no es amor, lo que la luna nos deja, cuando la noche se aleja y amanece de rigor. El sol clarea de frente sobre la vasta espesura, de un mar de plata y bravura y un cielo azul transparente. Dime si no es vida mía, este sueño una quimera, una hermosa primavera de agua clara y fantasía. La nieve tapiza la cumbre de la imponente montaña y allá una breve cabaña, junto al prado y una lumbre. Dime si no es preciosa, la aurora por la mañana y si lluviosa y temprana, más gracia dará a la rosa. El bosque animado y frondoso, se nutre a la orilla del río, bañando un castaño al rocío que entre la niebla es hermoso. Que derroche de colores, que tratado de armonía, que infinita sinfonía de aromáticos olores. Dime mi alma por ventura, no sea en vano todo empeño, que la vida no es un sueño, ni el amor una locura.

lunes, 26 de julio de 2010

Como el choto por el prado

Son tus labios tan dichosos que me arrancan un poema, mas del alma que me quema son tus ojos misteriosos. Que dirías si supieras que me muero por tus besos, que te añoro hasta los huesos por si acaso me quisieras. Cuantas noches me desvelo y no pienso en otra cosa, tu presencia luminosa como Venus en el cielo. Cuantos días abatido he implorado a la ventura, mas allá de esta cordura, vida mía tu latido. Despiadado es el destino como espina es a la rosa, bien amargo sabe el vino de la uva ponzoñosa. No es mi vida tan dichosa como el agua del riachuelo, que al susurro da consuelo y a la piedra voluptuosa. No es mi amor sino locura lo que oscura hace a la noche, canta el mirlo su reproche, canto yo por tu hermosura. Del favor de alguna moza no es del todo afortunado, quien no goza ni retoza como el choto por el prado. Digo yo y he terminado.

martes, 1 de junio de 2010

Don Narciso

Quiso Dios si es que quisiera, que una noche de desvelo a este mundo pues viniera quien fuera mi bisabuelo. Fue marino y buen mercante de océanos navegante, hombre parco, serio y liso; genio ilustre don Narciso. Intachable adolescente desde niño ya apuntaba, que notable no sobraba donde dan sobresaliente. Monaguillo y salesiano, fray Narciso por muy poco pues rezaba como loco en latín y en castellano. Mas casual la providencia, digo yo que así sería, le llevara cierto día hasta el puerto de Valencia. Una brisa de levante le embargó por un momento, las gaviotas contra el viento, la mirada de almirante. Vio se al frente de un velero de imponente envergadura por un mar de una textura entre ópalo y acero. Al volver de aquél ensueño, de esa hermosa fantasía, siendo de, quién lo diría, tierra adentro y madrileño; fue y así que Dios le guarde, no le cupo menor duda y al igual que un tal Neruda que nació un poco más tarde, por los mares su guarida, vivió amores y aventuras, despilfarros y locuras que demás por una vida. Brindo pues por don Narciso, bisabuelo aventurero. Dicho esto con permiso, por favor usted primero.

lunes, 10 de mayo de 2010

Hasta el fin de los días













Me canse de llorar por el filo del silencio, frío e inexorable entumeciendome el juicio. Firme al desaliento aguante con tesón, contra viento y marea; eran otros tiempos. Esperando la ocasión, ingenuo afortunado, imploraba al universo de los grandes poetas, derramando el vino de los días más bellos; aquellos que pudimos convertir en un naufragio, por océanos temerarios, por amores sin destino. Mas, me pesa la nostalgia y ya basta de lamentos, pues tu encanto hipnótico como el amor eterno y la mágica utopía de la música celeste, no son de este mundo despiadado y violento. Vuela entre bellos atardeceres luminosos, huye mi amor de esta ciudad ramplona; que una brizna es la vida en el espacio infinito. Mas la llama que ilumina la esperanza y la razón, permanecerá prendida en el firmamento, apasionadamente hasta el fin de los días.

viernes, 19 de marzo de 2010

Entre dos poemas

Entre dos poemas sin solución, encontré de aquélla rosa de carmín apagado, el pétalo frágil de un encuentro fugaz, en el vértice de un tiempo violento condenado al olvido. Los libros son árboles vencidos, de un bosque perdido en fabulas y leyendas. Te robaron la infancia, mi niña de mirada triste, cuando asaltaron tu inocencia, una mañana soleada de domingo. Se desmorona el alma como un hojaldre de lágrimas y guardan las estrellas un silencio atronador. Una rosa tatuada en la piel, abatida sin rumbo, sola en la madrugada; tus ojos destellan un fulgor azabache, en el universo ardiente y festivo de una noche rebelde. Repican campanas en tu vientre, por mares de hastío y tu a la deriva. Te robaron la infancia, mi niña de mirada triste, cuando asaltaron tu inocencia, una mañana soleada de domingo. Se desmorona el alma como un hojaldre de lágrimas y guardan las estrellas un silencio atronador.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Palito de madera

Caminare despacio por los hermosos días que me toco vivir, que llenos de arañazos que dejan los amores que sin querer perdí; colmaron de ventura, cariño y más ternura de la que pueda uno pedir, los años tan dichosos de música y antojos; allá por donde fui. Que corto este viaje, que rabia y que coraje, que ganas de seguir. Porque habré de marcharme, queriendo pues quedarme, quisiera repetir. Que lánguido este beso tan duro como un hueso, incierto y tan hostil. Será que hay que dar paso, no hay vida sin ocaso, nostálgico y febril. El tiempo es como un tango, frenético y fandango, celeste y carmesí. Se vive acostumbrado, mas luego despojado se muere porque si. Se pierde la memoria, no queda ni la gloria, si acaso algún rumor. Que insólito fracaso, sentir que ya de paso, me muero por tu amor. Qué pena de arbolito, que verde y tan bonito, tenerse que partir. Palito de madera, ceniza de una hoguera que se ha de consumir.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Doña Carmen

En las noches templadas que presagian céfiros y manicomios, sus pupilas encendidas tras el cuarzo agazapadas, asaltan mis desvelos persuadidos por la lluvia imponente; corre el agua por mi espalda como un manantial enfurecido. La amé hasta la extenuación o quizás, apenas un ápice. Nuestras vidas se cruzaron como dos trenes desbocados, si acaso nos rozamos arrancándonos la piel y los recuerdos más sagrados. Perdimos la fe pero ganamos la pequeña libertad envuelta en papel cuché con vistas a Rosales; un tercero sin ascensor recién pintado, muy propio. Corren otros vientos Doña Carmen, pocos cafés duran ya una hora y tres cuartos. Dicen los adoquines que la bohemia huele a almizcle y naftalina; que no se llevan esos cuellos. Apenas quedan dos revoluciones pendientes, una reposa en el cementerio de los rencores, otra la guardo celosamente de la chusma ibérica a la orilla de otro mar, en una playa abandonada a la deriva, como no podía ser de otro modo. Descanse Doña Carmen, déjese usted mecer por las musas.

domingo, 7 de febrero de 2010

Insondable Universo


En la prehistoria del conocimiento, llega la madrugada alterando involuntariamente el orden de los hechos, cuestionando triviales prioridades, deformando con asombroso surrealismo la efímera memoria colectiva; sentencias trilladas, expresiones afines, imágenes familiares y la historia incontable. Dinamitando permanentemente este hermoso desafío donde la belleza es una pista y el amor un estímulo para no desfallecer en un letargo de ignorancia, en la oscuridad de la desesperanza por la soberbia de los necios, la llave original continua agazapada tras una puerta donde aguarda una pista de la que estamos a millones de años luz. En términos humanos seguimos aspirando a bien poco cuando podríamos conseguir lo inimaginable, llegar hasta mas allá de un fondo insospechado, aún sabiendo que la vida es quizás y apenas un instante. En la sospecha de que no somos de este mundo, consentimos en la esquizofrénica pirámide que nos toca, este protocolo impuesto, envenenado y escurridizo, envuelto en un vahído de rosas mustias mientras dibujan las estrellas siluetas imposibles hasta donde nadie ha podido llegar, al otro lado de otra realidad, donde tras una niebla oxigenada, habitan los ausentes que aguardan en un infinito bosque de algas. Allá arriba, en el cerro de los ángeles, junto a la tapia, reposan los casquillos bajo el terruño. Lágrimas adentro, puños cerrados, bocas selladas y ya nada que resolver. Y el silencio por hablar, a barrer la sacristía de este insondable universo.

lunes, 25 de enero de 2010

Un Momento

Presente me siento, al punto me excuso, me pierdo, me ausento y proyecto en mi mente un intenso lamento. Resumo en el viento que apaga del alma la llama y lo siento. Y yo que soy lento, me miento y me pierdo sediento; lo intento, me falta el aliento, quemar la agonía, el dolor y ese acento. Me importa un pimiento, esperar un momento; tanto talento. ¡Ay quien pudiera cambiar el final de este cuento!.

lunes, 18 de enero de 2010

Haití

Bajo la luz de una vela, el mundo es aún mas pequeño, el silencio se hace fuerte en el tiempo y descarga su plomiza ingravidez. Decido sin oposición poner fin a esta letanía invernal, intentaré dormir. Me acuesto con la esperanza de penetrar en un sueño profundo y reparador, pero de inmediato, todas las campanas de un mundo posible, repican en el interior del córtex. Lo de Haití es estremecedor. Como es mas fácil lavar la conciencia que reparar la historia, los gobiernos reaccionan solo en el peor de los casos posibles, cuando la naturaleza ingobernable y mas despiadada, muestra sus fauces como casi siempre a los mas pobres del planeta. Entonces, el mundo se hace mas solidario, si no es así, que cada cual aguante su vela en este universo perverso en el que los mas ricos imponen a mordiscos, como en la selva, la ley del mas fuerte. Benditos aquéllos que de forma permanente y sin esperar nada a cambio, dedican su vida a fortalecer la esperanza de los mas pobres por un mundo mas justo.

jueves, 14 de enero de 2010

Entresueño

Cuando el otoño se precipita sobre los olmos, las hojas mustias revolotean por los caminos, el sol acecha detrás de un manto de espesa niebla, proclama el viento al libre albedrío su autoridad. Se fue el verano como la flor de la adolescencia, dejo un intenso cielo de estrellas en el buzón, algarabía de golondrinas a media tarde y ese prodigio de azul marino al amanecer. Vendrá el invierno una madrugada con su permiso y ya de paso dejando un frió estremecedor, blanca y radiante brilla en la cumbre de la montaña, copiosa nieve y allá en el prado que evocador. La primavera tiene la llave del paraíso donde la vida es una explosiva recreación, que bella estampa son los cerezos enflorecidos y allá a lo lejos el canto alegre del ruiseñor. El tiempo pasa tan velozmente o muy despacito y en cierto modo la vida es una contradicción, una aventura tanto si es dura como si hay suerte, tarde la muerte en tener que un día decirme adiós.

viernes, 8 de enero de 2010

La Mirada

Tu mirada de avaricia desdeñosa y con malicia, me exaspera y me desquicia, me aniquila y ajusticia. Es nociva y vigorosa, no es ligera y es celosa, venenosa por activa es tan viva y tan golosa; que me roba de una herida la tirita y la glucosa; va limándome la vida, me hipoteca en mil pedazos, en intermitentes plazos esa mirada homicida va arañándome a guantazos entre asaltos y saqueos la paciencia en los paseos, la memoria en cada esquina sigilosa breve y fina como el agua de Bezoya; que si viene con la lluvia, va y se pierde por la... cara. Delirante paranoia no me des más ya la vara, no me acuses tu mirada faraónica y trapera, cazadora y perdiguera no me vendas despiadada tu sonrisa merengada por jolines te lo pido, no me atuses tu apellido de casposo pedigrí y si puedes dime, di; si hay detrás de tu mirada algo más que un bisturí. Tu mirada es rencorosa, dolorosa de calvario, más que fina es una losa como un hueso hipotecario. Estimula el apetito despiadado y usurero; la mirada del maldito, saqueador y bandolero. Es preciso defenderse de esos ojos tan nocivos, no arrimarse, desprenderse, de sus métodos coactivos. Te la dan por la patilla y además te llevan preso. Te rebanan la cartilla, "ya vestruz" te dejan tieso. No me gustan esos ojos que me apuntan desalmados, van dejando los despojos de inocentes desgraciados. Ojo a los inquisidores elegidos por decreto; venden como no, favores a granel y sin respeto. Ojo atento a esa mirada, no la pierdas ni un segundo, es terrible y depravada, la más mala de este mundo. Su sonrisa es amargada, su discurso nauseabundo, es de nota su apellido de casposo pedigrí. Bien si puedes dime di, si hay detrás de esa mirada, algo más que un bisturí.