lunes, 10 de mayo de 2010

Hasta el fin de los días













Me canse de llorar por el filo del silencio, frío e inexorable entumeciendome el juicio. Firme al desaliento aguante con tesón, contra viento y marea; eran otros tiempos. Esperando la ocasión, ingenuo afortunado, imploraba al universo de los grandes poetas, derramando el vino de los días más bellos; aquellos que pudimos convertir en un naufragio, por océanos temerarios, por amores sin destino. Mas, me pesa la nostalgia y ya basta de lamentos, pues tu encanto hipnótico como el amor eterno y la mágica utopía de la música celeste, no son de este mundo despiadado y violento. Vuela entre bellos atardeceres luminosos, huye mi amor de esta ciudad ramplona; que una brizna es la vida en el espacio infinito. Mas la llama que ilumina la esperanza y la razón, permanecerá prendida en el firmamento, apasionadamente hasta el fin de los días.