miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Paz

Mas cerca del cielo, a cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra la ciudad que llaman La Paz; fundada en 1548 por el capitán Alonso de Mendoza. Dos cosas sorprenden al viajero  a la hora de abordar este curiosa urbe; una,  la espectacular forma de embudo que caracteriza este enclave, cuyo supuesto centro, esta rodeado de empinadas laderas, salpicadas de edificios dispares e infinidad de pequeñas construcciones de ladrillo visto, supuestas viviendas, que se mimetizan con el soberbio paisaje que resuelve majestuoso por el  este, el imponente monte Illimani, cuya cumbre cubierta de nieve, confiere al conjunto, un aspecto cuando menos inquietante. La otra, dadas las circunstancias geográficas, es la mas que notable ausencia de oxigeno suficiente, que hace que ocasionalmente, el paciente  tenga a cada instante una sensación física de aproximación a la angustia y una notable fatiga al parecer, paliable por obra y gracia de algunos de los derivados de la planta de la coca, tan popular en Bolivia;  la hoja en forma de infusión, que amablemente nos ofrecen en el hotel a nuestra llegada, caramelos, etc. Las calles empinadas, y bien  nutridas de una trepidante actividad, se muestran abarrotadas de gente de cualquier edad y condición, que viene y va; cruce de miradas permanente,  sutileza en el intercambio; el tráfico es trepidante. De bien nacidos, será guardar a buen recaudo, la generosa disposición, amabilidad y el cariño que nos dispensaron las buenas gentes de noble mirada, limpia la sonrisa y ancho el corazón que habitan este encumbrado valle del mundo. Gracias Bolivia, La Paz, Santa Cruz, hasta pronto.