viernes, 22 de junio de 2007

Barcelona

Miércoles 20 de junio
Barcelona es hermosa y singular, excitante y bulliciosa, una brisa templada y generosa, óptima para la navegación peina ad libitum esta ciudad abierta, cuna del mediterráneo. El sol amenazante brilla esplendoroso esta mañana. Las mujeres, de una belleza desbordante, pisando firmes o en bicicleta, conscientes de su poderío van sembrando por las ramblas el inevitable perfume del deseo. Observo y padezco. Moderadamente satisfecho, regreso a la meseta. Madrid bien podría esperar. Creo por fin haber roto el hielo. Ayer ofrecí un concierto en una bonita sala cerca del mar llamada "El Monasterio" que cubrió con creces las expectativas previstas. Desbordante en ofertas, Barcelona me acogió con generosidad y fue un entrañable concierto de dos horas y media en el que además de cantar, "cantuve" y en mi estilo, dije toda la verdad que intuyo, hablando por los codos como algunas veces y a menudo; cuanto lo siento. Si se da el caso que espero, repetiré. Gracias Barcelona, candil que ilumina la vieja historia y leyenda que guarda el azul verdoso mare nostrum.

lunes, 4 de junio de 2007

Cumpleaños Feliz

Ayer cumplí 49 años, cuarenta y nueve castañas; me encoge pero no me asusta... un poco. El pelo color ceniza y mas frágil, sigo teniendo ánimo, aunque me siento mas dócil. Fue un día precioso, no estabamos todos, pero han venido otros al mundo y la familia es impagable. Hemos perdido muchos seres queridos, se fueron de manera súbita y trágica, dejando un recuerdo suspendido en la oscuridad de ese insondable universo nocturno de la mente. Adiós y punto y final, un precipicio hacia la oscuridad, nada de luz, nada; solo el recuerdo que duele como los amores perdidos. En ese laberinto de incertidumbre he devorado estos años con una particular intensidad desbordante, la música me ha iluminado el espíritu en algunos de los momentos mas críticos. Como forma de vivir se lo debo casi todo, me sorprende ser tan afortunado y en esa terrible necesidad de contrapesar, no puedo dejar de ignorar las desgracias de este tiempo que me ha tocado vivir. No quisiera nunca dejar de formar parte de ese escuadrón de rebeldes que proclaman la razón, la justicia, la paz, el respeto y la solidaridad. Es inaceptable no defender los derechos de los mas débiles, no amplificar la voz de una conciencia colectiva que reclama decencia, que denuncia el fraude permanente y generalizado de los de turno. Observar sin ser vistos, nos hará sentirnos cómplices. Creo en el poder terapéutico de la música que como entre otros, desde la honestidad, es ilimitado. Mientras la salud me acompañe debo y estaré disponible.
Gracias a la vida.
El mas pequeño de la foto.