miércoles, 20 de mayo de 2009

El Retiro

Adoro el bosque donde habita el Curubí. Puntiagudo y desesperado su canto es tan intenso, que al alba de espesa niebla, orienta a los Taumitas navegantes a arribar al puerto de Asidrón en busca de la preciada corteza del Jirigote, gruesa como el Taucarin; el árbol sagrado de los Choclotes, donde anida el Arvencejo de imponente porte y ojos grises e inflamados que en las noches de luna buena, acecha al incauto Torontillo. Todo el bosque se ilumina de misterio y los seres que lo habitan redoblan la guardia. El silencio impone su ritual sagrado, solo los mas osados reclaman al viento su desazón .

sábado, 2 de mayo de 2009

Exantropía

Que breve mañana, que tarde me espera, cariño y ternura que falta me hiciera. Tu hermoso cabello, tu encanto sirena, no el cáliz que abrásame el alma y la pena. Océanos de dudas en sueños me asaltan, ahogando la nana que arrulla mi cuna, será que tu amor y tus labios me faltan, la verde pradera, el mar y la luna. De niño soñaba con ser marinero, de un barco de vela, pirata y bombero, jugaba a la guerra con sangre y con fuego, dudaba si hacerme mayor para luego, tener que decirte adiós, si te quiero. Que noche fecunda de estrellas bordada, me cabe la duda detrás de la almohada, que triste ventura, que ingenua quimera, te fuiste mi niña y adiós primavera. Que días queridos de amores sembrados, de sueños vividos, de misa y quebrados, perdí tu cariño, hasta siempre y que arte, jamás volví a verte quererte o amarte. De niño soñaba con ser marinero, de un barco de vela, pirata y bombero, jugaba a la guerra con sangre y con fuego, dudaba si hacerme mayor para luego, tener que decirte adiós, si te quiero.

viernes, 1 de mayo de 2009

La playa

Siempre nos quedará la playa y ese pulso inagotable de las olas en la orilla; donde todo se acaba, donde todo empieza. Fugaces destellos en las crestas y el solemne milagro del amanecer; ese azul verdoso y gris del océano afilado en el horizonte y el tacto infinitesimal de la arena templada. Tenebroso y fecundo el universo sumergido y la brisa sensual y caprichosa, la fragancia arrebatadora del mar. La belleza exuberante y el amor; una ecuación sin limite. Lástima que la vida sea un ejercicio tan breve y en el caos del tiempo seamos un cero infinito a la izquierda. Apenas hemos traspasado los cimientos de la prehistoria y cuanta sangre derramada y cuanta injusticia; por el amor de Dios. Cuantas lágrimas harán falta para dejar de llorar. Siempre nos quedará la playa y ese pulso inagotable de las olas en la orilla; donde todo se acaba, donde todo empieza.