lunes, 6 de junio de 2011

Que será de nosotros.

A las nueve de la mañana, Córdoba respira limpia y fresca. El sol amenaza con desplomarse sobre nuestras cabezas, pero hasta mediodía nos dará una tregua. Corre el mes de Julio por la aljafería y anuncian campanas, que las diez al punto llegan. Me subo a un tren con destino a Valencia. De Ecija a Espeluy, un anciano recorre el vagón lentamente con el rostro estreñido, intentando adivinar los imperceptibles números que supuestamente impresos están sobre los asientos. ¡¡Que busca jefe!! le increpa a grito pelado otro de no menos edad al paso. “Doce A” le contesta el primero. “Palla, mas palla” concluye el segundo. Se aleja el anciano a paso decrépito por el vagón de marras, el de la tercera edad; aquella que por derecho debiera ser la del júbilo. El tren se abre paso por los campos de Andalucía. Olivos a la izquierda, encinas a la derecha; la vía por delante. Que será de nosotros cuando seamos viejos.