viernes, 10 de agosto de 2007

La Amistad

Antiguamente la amistad era un valor compartido durante toda una vida. Se daba el caso de tener que acompañar al cementerio a los fieles amigos de toda una época, a su entierro o al tuyo. Aquello era una delicada, pequeña pero grande cuestión de lealtad; que hermosa palabra. Peter Popphelreuther, Luis Aurie, Tivor Revest, Ricardo Atalaya y Javier de Winthuysen fueron los grandes amigos de mi padre en su juventud. A mi me bautizaron con el nombre de Javier por este último, al que por cierto fusilaron en las tapias del cementerio de la Almudena. A todos ellos les atrapó la guerra civil alrededor de los veinte años. Peter se casó con la tía Marichu, hermana de mi padre a la que nunca llegué a conocer. La única vez que vi llorar a mi venerado padre fue un día en el que nos hablaba de su querida hermana. Como Peter era alemán, cuando estalló la segunda guerra mundial, fue llamado a filas y tuvo que combatir en el frente de Polonia. Cuando terminó aquella terrible contienda, se le dio por desaparecido, pero la tia Marichu no se daba por vencida y se marcho a Alemania en su busca. Después de recorrer aquél país devastado, perdida la esperanza del reencuentro, regresó a España gravemente enferma. En el lecho de su muerte, quiso despedir a sus hermanos uno a uno y cuando le llegó el turno a mi padre, le pidió que bajara al kiosko de Canalejas que estaba en la esquina del Paseo del Prado y que le subiera un gin-tonic; mi padre salió raudo a cumplir aquel deseo y al regresar exhausto, ella ya había fallecido. Poco tiempo después, Peter apareció un día por Madrid, venía andando desde Alemania con lo puesto, deshecho y en busca de todo aquello que un día tuvo que dejar y que el tiempo había desvanecido. Peter rehizo su vida, volvió a casarse y tuvo dos hijas, Berber y Gavy, siempre fueron mis primas y aunque los lazos biológicos se habían roto, para la familia hasta el final de sus días siempre fue el tio Peter y para mi padre por encima de todo, y se dejaba sentir aquella lealtad, un entrañable amigo de juventud.

9 comentarios:

J. Joaquín López dijo...

Hostia!!!
Creo que perdemos ese tipo de lazos en los tiempos que corren. Esa manera de decirle hermano o primo a alguien que ni siquiera es familia tuya pero el mero echo de nombrarlo así le da todo el derecho.

Maestro, es un placer disfrutar de usted tanto en sus entradas en este blog como en sus conciertos. Espero verlo pronto por los madriles en concierto, así como de gira con Ismael.

Un saludo

txilibrin dijo...

Qué bueno, amigos así ya me encantaría encontrarlos :D

Romano dijo...

Javi nos dejas con la boca abierto ,Hermano,,,,

La Familia y los Amigos son el mayor tesoro que tenemos en esta vida,cosa que no todo el mundo ve,,

Un fuerte abrazo Javier,,,,

Gastón Martorelli dijo...

Javier...

Al terminar este texto, no supe si ponerme triste, por el destino oscuro que tuvieron que soportar los amigos de tu padre y tu padre, o festejar sobre las amistades tan hermanadas de aquellos tiempos.

Estoy cerca de ambas, aunque no lo tengo tan claro. Lo que si estoy seguro, es que me ha llegado al corazón, como un buen tema tuyo.

Adhiero a un comentario por allí, quiero verte en un concierto con Ismael, o solista, pero en Buenos Aires.

Ya sabés lo que te admiramos en Argentina, y si no lo sabés, ahora te estás enterando.

Espero que leas este comentario, y espero que si lo hacés, te guste.

Un abrazo fuerte, desde Buenos Aires...

Gastón Martorelli

PD: Estimado Javier, me gustaría que firmes mi blog...
En el mismo escribo cosas que pienso, que veo, todo desde la óptica de un joven de 17 años. La edad siempre la digo, así abusan de la benevolencia.

No te robo más tiempo, Javier. Te dejo la dirección del blog:
http://www.cuarto-menguante.blogspot.com/

yo mismo dijo...

lealtad... un término extraño en estos momentos de prisas, de idas y venidas, de corre que no llego, así que luego te llamo pero al final no me dio tiempo.

sin embargo, siempre hay lugar para un par de buenos amigos que se emborrachan juntos y quedan diez años más tarde en el mismo bar... (aunque quizá luego no puedas llegar)

amante de tu música y de la de ismael, te buscaré aquí más veces. un abrazo.

Jorgelina Mandarina dijo...

Lo que hace el tiempo, cuanta nostalgia, a veces rencor, a veces recuerdos...
Javier, pasate por mi blog, jorarribillaga.blogspot.com
Alli hay un par de ideas locas...
besos desde Argentina...

síl dijo...

uf!! que duras las historias de la guerra y sus efectos colaterales... y que grandes valores poco a poco vamos perdiendo por la prisas y los agobios...
gracias por recordanos lo verdaderamente importante...
besos

Unknown dijo...

Hola muy agradable tu concepto de la amistad, unido a tu opinión te queria recomendar un nuevo sitio para hacer amigos y amigas te ofrece la posibilidad de crear un perfil fotografico y hacer amigas.

Para entrar visita este enlace.

Hacer Amigos

Unknown dijo...

sabes que una vez fui con mi padre a visitar a peter a mallorca?? no recuerdo nada de aquel encuentro,eramos muy pequeños. pero mi padre siempre recordaba a "su tio peter" con gran cariño.
tu sobrina carolina.