sábado, 30 de junio de 2012

Cantabria


Este mediodía, la playa de Valdearenas era un derroche de belleza sin paliativos.  El mar, de un solemne azul verdoso, mostraba imponente toda su majestuosidad. Un  frenético tropel de olas, arrebataba la orilla sin tregua, dejando sobre la refinada arena rosada;  abanicos de espuma. Cantabria me tiene embriagado, venir a este privilegiado rincón del norte,  es un placer impagable. Sentado en una piedra junto a mis queridos sobrinos, Ana, Lucia y Eduardo, contemplaba este sublime regalo de la naturaleza, y al tiempo que una brisa generosa me colmaba los pulmones,  por un instante,  con la mirada puesta en el horizonte, de mis labios; he pronunciado tu nombre.

4 comentarios:

Marisa dijo...

Amén.

Un abrazo.

marland dijo...

-¿Y la princesa Caracola?
-Ella puede vivir en un lugar mucho más modesto que un castillo. Le basta con una cabaña de nácar, como ésta.
El padre le alcanza al hijo un gran caracol blanco, amarillo y rosado, como el amanecer, y lo invita a acercárselo al oído.
-¿Oyes?
-¡La princesa Caracola!¡Está cantando!... pero ahora no entiendo su canción.
-Porque usa el lenguaje oleaje, que es el idioma del mar. Así es, hasta que alguien hace un castillo de arena y ella puede asomarse a la ventana para cantar en el idioma del hombre o el niño que construye.
-Papì...
-¿Qué?
-Vamos a hacer otro castillo

marland dijo...

-¿Y la princesa Caracola?
-Ella puede vivir en un lugar mucho más modesto que un castillo. Le basta con una cabaña de nácar, como ésta.
El padre le alcanza al hijo un gran caracol blanco, amarillo y rosado, como el amanecer, y lo invita a acercárselo al oído.
-¿Oyes?
-¡La princesa Caracola!¡Está cantando!... pero ahora no entiendo su canción.
-Porque usa el lenguaje oleaje, que es el idioma del mar. Así es, hasta que alguien hace un castillo de arena y ella puede asomarse a la ventana para cantar en el idioma del hombre o el niño que construye.
-Papì...
-¿Qué?
-Vamos a hacer otro castillo

Teresa dijo...

la descripción tan auténtica de ese horizonte sin duda me lleva a conocer ese mar tan radiante......se escucha el chasquido de las olas y la esencia de los caracoles...gracias Javi, tu poesía convoca...