viernes, 19 de marzo de 2010

Entre dos poemas

Entre dos poemas sin solución, encontré de aquélla rosa de carmín apagado, el pétalo frágil de un encuentro fugaz, en el vértice de un tiempo violento condenado al olvido. Los libros son árboles vencidos, de un bosque perdido en fabulas y leyendas. Te robaron la infancia, mi niña de mirada triste, cuando asaltaron tu inocencia, una mañana soleada de domingo. Se desmorona el alma como un hojaldre de lágrimas y guardan las estrellas un silencio atronador. Una rosa tatuada en la piel, abatida sin rumbo, sola en la madrugada; tus ojos destellan un fulgor azabache, en el universo ardiente y festivo de una noche rebelde. Repican campanas en tu vientre, por mares de hastío y tu a la deriva. Te robaron la infancia, mi niña de mirada triste, cuando asaltaron tu inocencia, una mañana soleada de domingo. Se desmorona el alma como un hojaldre de lágrimas y guardan las estrellas un silencio atronador.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Palito de madera

Caminare despacio por los hermosos días que me toco vivir, que llenos de arañazos que dejan los amores que sin querer perdí; colmaron de ventura, cariño y más ternura de la que pueda uno pedir, los años tan dichosos de música y antojos; allá por donde fui. Que corto este viaje, que rabia y que coraje, que ganas de seguir. Porque habré de marcharme, queriendo pues quedarme, quisiera repetir. Que lánguido este beso tan duro como un hueso, incierto y tan hostil. Será que hay que dar paso, no hay vida sin ocaso, nostálgico y febril. El tiempo es como un tango, frenético y fandango, celeste y carmesí. Se vive acostumbrado, mas luego despojado se muere porque si. Se pierde la memoria, no queda ni la gloria, si acaso algún rumor. Que insólito fracaso, sentir que ya de paso, me muero por tu amor. Qué pena de arbolito, que verde y tan bonito, tenerse que partir. Palito de madera, ceniza de una hoguera que se ha de consumir.